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martes, 13 de enero de 2015

Perdón, machistas

“Sos mujer, no te puede gustar el fútbol”, “¿por qué te gusta el fútbol?, ¿acaso sos lesbiana?”, “sos un machito”, “dejá de hacerte la que te gusta el fútbol”. Frases como estas, he escuchado a lo largo de lo que va de mi vida. Frases como estas que tanto duelen, que tanto lastiman. Que tan mal hacen.
Soy mujer y si, amo el fútbol, tanto como lo puede amar un hombre, tanto como lo puede amar cualquier persona de este planeta. ¿Por qué dudan ante cada comentario futbolero de una mujer?, ¿por qué tenemos que seguir los estereotipos sociales que afirman que hay deportes de mujeres y deportes de varones?, ¿por qué hay gente con la mente tan retrograda, tan machista, tan cerrada y tan cruel?, ¿acaso hay una razón biológica que indique que las chicas no podemos entender lo que es 9, un 2, un 3?
El machista que cree que por el simple hecho de pertenecer al sexo femenino, no tengo noción del deporte más lindo del mundo, no sabe la alegría que me produce ver a mi equipo, las lágrimas que derramo ante observar a mi club y a mi querida selección perder y mi sonrisa irradiante frente a una victoria. El machista desconoce cuánto amo ver a la caprichosa desplazándose por el verde césped, con un vaivén que constituye una danza irregular, pero la vez única.
¿Qué sabrá el que me señala con el dedo, de las noches en las que no pude dormir, porque el llanto de la derrota, no abandonaba mi alma?, ¿qué sabrá de los encuentros en los que dejaba todo y más en la cancha, para encontrar la victoria?, ¿qué sabrá de las veces en las que quedé afónica por alentar a mi equipo?, ¿qué sabrá él de mi sentimiento por el fútbol?, ¿qué sabrá de los momentos felices que viví y vivo gracias a este deporte?, ¿qué sabrá de mis gritos desaforados ante las incidencias de un partido, de mis sueños en base a la pelota, de cómo el corazón parece salirse de su lugar cada vez que una exclamación de “gol” sale de mi garganta?, ¿qué sabrá de la vida, si su mente es cerrada?
Ser mujer y futbolera implica demostrar en cada instante que se sabe, a diferencia de los chicos, cuándo no tendría que ser así. Vivimos en un país machista, un país en el que la opinión del hombre tiene más peso que la de una dama. Un país en el que somos burladas y hasta cuestionan nuestra feminidad por sentir fanatismo por este deporte, como si amar a esta disciplina y ser una chica fuera un delito a nuestra condición de mujeres. 
El fútbol, señores, el fútbol, señoras, es una pasión que no distingue colores de piel, status económico o posición geográfica. Y tampoco, sexos. Porque algo tan lindo, tan sano, no pude ser exclusividad de un solo grupo de la sociedad. Jamás.  

Finalizo esto, pidiendo perdón a los machistas porque no encajo en sus estereotipos. Perdón machistas por ser futbolera. Perdón machistas, por preferir ver un partido antes que una novela, por tener un ídolo futbolista y no cantante. Perdón machistas por llevar en el corazón una pelota de fútbol. Perdón machistas, simplemente perdón por amar a algo que me hace feliz…

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